Los tumores orbitarios, ya sean benignos o malignos, pueden originarse en diversos tejidos de la órbita, incluyendo músculos, nervios, vasos sanguíneos y tejidos adiposos. Ante esta delicada situación, la cirugía es una opción vital para abordar el problema y restaurar la salud ocular.
El objetivo principal de la cirugía de tumores orbitarios es eliminar completamente el tumor, procurando preservar la visión y la capacidad de movimiento ocular. El tipo de cirugía se determina según la localización y extensión del tumor, así como las necesidades específicas del paciente.
Durante este tipo de cirugía, los cirujanos utilizan técnicas especializadas como la microcirugía y el uso de microscopios quirúrgicos para acceder a la órbita y extraer el tumor de manera segura. Estas técnicas permiten un control preciso durante la operación, minimizando riesgos y mejorando los resultados postoperatorios.
Tras la extracción del tumor, se realiza una evaluación patológica para determinar si el tumor es benigno o maligno. Este análisis ayuda a planificar un tratamiento postoperatorio adecuado y un seguimiento personalizado.
¿Qué tipos de tumores se pueden tratar con cirugía?
Los tumores orbitarios pueden ser de diversos tipos:
- Tumores de tejido blando, como los lipomas o los angiomas.
- Tumores óseos, como los osteomas.
- Tumores malignos, como los linfomas o los sarcomas.
Cada caso es único, y la cirugía de tumores orbitarios se adapta a las necesidades específicas de cada paciente para garantizar los mejores resultados.